lunes, 27 de enero de 2014

¿Quién mide al medidor?

Estoy preocupado por el devenir de la medición digital en España. Por eso escribí un post con el mismo título que este que ahora me ocupa en el blog de la consultora nPeople que tuvieron la amabilidad de invitarme a participar en su blog con el tema que más me apeteciera. Puedes leer el post aquí. Lo escrito no pretende molestar a nadie aunque sí agitar los pensamientos. Lo que ha sucedido en los últimos años, especialmente desde el punto de vista de las televisiones, deja por solventar temas importantes y creo que no digo nada que no esté en la cabeza de las asociaciones (IAB e AIMC) cuando afirmo que eso no puede volver a pasar si queremos un mercado sano y en crecimiento.

El texto escrito en el blog de nPeople no tiene otra intención aunque, ciertamente, incluye dos reivindicaciones. Una tiene que ver con la sensación de desconsideración del comité de clientes de ComScore que rechazó la propuesta de representación de las televisiones. Las televisiones consideran que que no pueden tener un representante único cuando la naturaleza de las televisiones privadas y públicas es sensiblemente diferente y, como consecuencia, sus objetivos. Pero es que además, el volumen de audiencia que representan es más que significativo.

La otra reivindicación de ese post tiene que ver con la supervisión en el futuro. El mercado digital español debe tener mecanismos de mayor peso según opino. Mecanismos permanentes que no dependan del medidor concreto recomendado. Si a eso es a lo que llamamos JIC, si, soy partidario de un JIC.

Por último creo que en temas de medición hay una dimensión (o más de una) que van a determinar los derroteros por los que las televisiones van a ir o, cuando menos, prospectar: la búsqueda de un dato unificado de audiencia que muestre la realidad completa de, por ejemplo, el visionado de una serie de televisión. Hay quién me ha dicho que incluso entre las televisiones esa visión no es pacífica debido a la fractura entre el negocio tradicional de TV y el digital. Espero que no sea así. Ya sabemos lo que una reacción tardía a los cambios ha supuesto en otras industrias.

jueves, 16 de enero de 2014

True Detective. True HBO

True Detective, la nueva serie de televisión producida por HBO, se ha convertido en la emisión más exitosa de un estreno de la productora, según parece, desde el estreno de Boardwalk Empire en 2010. Por cierto, vertiginoso final de la última temporada de esta serie. En esa carrera de fondo que parecen mantener una productora/canal de pago que viene del mundo tradicional de la televisión con un plataforma audiovisual digital, Netflix, cada vez más metida a productora audiovisual (recordemos que para Red Hastings el modelo a seguir es el de HBO), True Detective parece ser el puñetazo en la mesa para transmitir el mensaje de: "supera esto". Contar con actores forjados en el cine como Woody Harrelson y Mathew McConaughey y una dinámica narrativa y visual que alude también a la "gran pantalla" parecen ser toda una declaración de principios. ¿Será verdad que las series son el nuevo cine al igual que el naranja es el nuevo negro?. El estreno en España, como en otros países, con un delay mínimo - cada vez más habitual en las series estadounidense- ahonda en el esfuerzo por convertir la serie en un fenómeno global disfrutado simultáneamente por millones de espectadores, dejando el mínimo espacio a la distribución no oficial (siempre prefiero este término) fuera de control. Cada vez más, en la industria estadounidense, quién produce decide, o lo intenta,  las reglas de la distribución.
True Detective me parece también el tipo de serie para la que el desarrollo de interactividad en segunda pantalla simultáneo a su visionado resulta una tarea compleja. Necesita de una atención concentrada en la historia para no perder detalle. Tampoco despertó mi ánimo tuitero durante el visionado. Tal vez si que sea susceptible de su desarrollo en modo videojuego, lo que parece más natural en tramas detectivescas. Una vez más, pensar en el target al que se dirige el producto y en la coherencia de la interactividad que acompañe a este, es un elemento esencial de una estrategia crossmedia y de expansión digital de un contenido audiovisual.

lunes, 13 de enero de 2014

Son las historias

Este último año he estado fascinado con Amazon. Proyectos como Amazon Storyteller y el más reciente Amazon Storybuilder me parecen una fantástica manera de descubrir a nuevos contadores de historias. Incluso a los que no saben que lo son. Me suena a una especie de YouTube del storytelling. Tienes una idea y la pones en orden, construyes los elementos básicos para que se convierta en una historia relatable. La pones a prueba, la vas modificando. No sé que opinarás tú, pero me parece una idea única. Los dos proyectos pertenecen a esa pieza del universo Amazon que es Amazon Studios y constituyen un vía de evaluación por parte del "Development Slate" para poner en marcha nuevos proyectos. Amazon parece haber comprendido que la creación de historias que seduzcan va a marcar la diferencia. Y las historias pueden nacer de cualquier parte. El próximo hit televisivo puede estar ahora mismo de forma embrionaria en el cerebro de un usuario. Tal vez, dándole herramientas adecuadas y sencillas de usar, pueda plasmarlo en un lenguaje que permita construir sobre el concepto original. Así he entendido esta idea de Amazon. Las compañías nacidas en Internet, han comenzado a añadir el apellido "Studios" a su denominativo. Existen los Microsoft Studios, presumiblemente la nueva apuesta de la empresa para construir sobre esa gran máquina de entretenimiento que pretende ser Xbox One. O los YouTube Studios, posteriormente denominados YouTube Space, con instalaciones en Los Ángeles, Londres y Tokio. Sorprende el hecho de que las empresas no nacidas en el entorno de la producción televisiva hayan comprendido que lo que marcará la diferencia es cerrar el círculo, unir capacidad de distribución, tecnología y contenidos originales. Ellas heredarán la televisión.

Mientras tanto, aún pendiente el despertar del sector televisivo tradicional. He conocido experiencias como Fuel4 de Channel4 y el BBC Connected Studio - de la BBC no se puede decir que haya olvidado la importancia de producir y crear historias- en el Reino Unido. Se trata de foros creados para la innovación en los contenidos. El Lab RTVE se creó bajo una óptica parecida pero todavía carece de la tranversalidad que haga llegar de forma más contundente sus proyectos al entorno televisivo. En ello están.

domingo, 12 de enero de 2014

Un nuevo circo para la Televisión

El primer espectáculo del Cirque du Soleil al que asistí fue "Alegría". Creo que era la primera gira que realizaban en España. El que teóricamente fuera un circo, me ponía en guardia pues hacía años, sino décadas, que el circo había dejado de tener ninguna relevancia para mí. No me gustaba ver a los domadores de animales. Me resultaba desagradable pensar en su vida, yendo de acá para allá, encerrados. Tampoco entraba ya en mis parámetros de pensamiento la forma de abordar el entretenimiento en directo que encontraba en el circo.

Entonces asistí a "Alegría" y vi algo nuevo. Encajaba en mi pensamiento, en el tipo de experiencia de entretenimiento que buscaba. El Cirque du Soleil había reinventado un espectáculo con siglos de existencia, del que el público había ido desconectado paulatinamente. En el presente podría afirmar que el Cirque du Soleil es el "Apple" de los espectáculos circenses. Es de sobra conocida la manera en la que enfocan sus espectáculos, fusionando acrobacias casi imposibles con danza, música, humor, etc. No me extenderé en ello. Lo que me llama la atención es que ese modelo ha supuesto un cambio definitivo para toda la industria. Ha servido para que entren nuevos agentes que han entendido que el circo debe ser un nuevo concepto que tenga cabida en los gustos y la forma de entender el entretenimiento en nuestra sociedad. Reflexionaba esto mientras asistía con mis sobrinas al espectáculo navideño del Circo Price de Madrid. Ahí estaba presente el cambio de concepto que ha ocurrido desde que el Cirque du Soleil puso en marcha una nueva forma de espectáculo. Son los mismos mimbres: mestizaje con otras disciplinas, desaparición de los elementos circenses que no conectan con la sociedad, enfoque dirigido a un target amplio, etc.

La televisión como industria ha sido comparada a menudo con el circo. Normalmente de forma peyorativa. Pero me parece ver una analogía entre ambos mundos. Al fin y al cabo se trata de entretenimiento. La televisión ha sido ya modificada por la evolución tecnológica, por la conectividad. En paralelo. la sociedad, el veerdadero gran motor de todo cambio, ha cambiado sus costumbres, su manera de percibir el entretenimiento ofrecido por los canales de televisión. El pacto no escrito sobre el que se construye la emisión de contenidos televisivos: gratuidad a cambio de publicidad, no funciona y se ha quebrado.

El declive de la relevancia de la televisión es un hecho que viene comentándose desde hace mucho tiempo. La pregunta es ¿cuál es el nuevo "circo"?, ¿quién será el Cirque du Soleil de la televisión?. Algunos apuntan a Netflix y plataformas similares, otros a HBO o Comcast. YouTube solo supone un cambio en la forma de distribución, replica el modelo televisivo pero adaptado a la tecnología. El cambio tiene que abordar todos los aspectos, no solo la distribución, sino también la producción y los canales de contacto con el usuario. El mestizaje - por ejemplo con el videojuego -, el aprendizaje de lo sucedido en otras áreas del entretenimiento, deberían ser la semilla del nuevo circo para la televisión.